Maduro y el presidente electo sostuvieron una conversación telefónica tras la victoria del líder del Partido de los Trabajadores, por un mínimo margen, el pasado domingo
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, superó las 12 horas de silencio tras conocer su derrota en el ballotage frente a Lula da Silva, sin sostener reuniones públicas ni dar detalles sobre su agenda.
Desde la confirmación por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de que Lula volverá a gobernar el país a partir de enero, Bolsonaro ha permanecido en silencio. Hasta casi el mediodía del lunes, sus hijos tampoco hablaron públicamente, ni realizaron publicaciones en redes sociales, donde suelen ser muy activos.
El líder ultraderechista fue visto en el Palacio da Alvorada, la residencia oficial, y luego se dirigió en un convoy hacia el Palacio do Planalto, sede del Ejecutivo.
Allí llegó también el líder del gobierno en la Cámara de Diputados, Ricardo Barros, pero tampoco habló con la prensa ni se confirmó que se vaya a reunir con el mandatario.
El convoy en el que se dirigió hacia Planalto (Reuters)
Por el momento, se desconoce si Bolsonaro planea cumplir con la tradición de la llamada protocolar del candidato derrotado para felicitar al ganador.
Durante meses Bolsonaro se ha negado a responder si aceptaría el resultado en caso de una derrota en las elecciones, diciendo que sólo reconocería unos comicios que considerara “limpios”, tras hacer acusaciones sin pruebas y ya refutadas sobre la seguridad de las urnas electrónicas.
Sin embargo, en la víspera de la votación afirmó que ganaría el candidato más votado.
Políticos aliados al presidente sí reconocieron la victoria del líder izquierdista.
“Bolsonaro dejará la presidencia de la república en enero con la cabeza alta, con la certeza del deber cumplido y amado por millones de brasileños”, dijo en las redes sociales la senadora electa Damares Alves (Republicanos), exministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos en el actual Gobierno.
Por su parte, la exministra de Agricultura de Bolsonaro, la senadora electa Tereza Cristina (PP), también reconoció el resultado y dijo que es necesario respetar las diferencias. “En una democracia, nuestra elección no siempre prevalece en las urnas. El resultado electoral de hoy nos enseña a perseverar y a respetar las diferencias. Presidente Jair Bolsonaro, su Gobierno ha hecho historia”, afirmó.
La diputada federal bolsonarista Carla Zambelli (PL-SP) dijo en las redes sociales que su partido será “la mayor oposición que Lula jamás imaginó tener”.
En tanto, el diputado federal electo Ricardo Salles (PL), ex ministro de Medio Ambiente de Bolsonaro, instó a la calma y valoró el resultado de las elecciones. “El resultado de la elección más polarizada de la historia de Brasil trae muchas reflexiones y la necesidad de buscar caminos de pacificación de un país literalmente partido por la mitad”, dijo.
“Ellos sabrán lo que es la oposición, hay un largo camino por delante”, dijo por su parte el diputado federal electo Nikolas Ferreira (PL), quien participó en actos de campaña en varios estados en busca de votos para Bolsonaro. “Hoy no hemos elegido a un presidente de derecha, quizás mañana sí”, agregó.
La transición podría marcar un primer desafío para Lula, explicó Paulo Calmon, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Brasilia. “Lula debe cuidarse, primero, de una ‘tercera vuelta’: de cualquier desafío que Bolsonaro y sus aliados puedan crear, como (Donald) Trump en Estados Unidos, para deslegitimar su victoria y movilizar a su electorado contra él”, dijo Calmon.
La diferencia en votos fue de dos millones, la victoria más ajustada de la historia en Brasil para una segunda vuelta, tras una campaña polarizada y tensa.
Con el regreso de Lula, Brasil retomará la cooperación bilateral con el régimen de Nicolás Maduro
El mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, y el mandatario electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, acordaron este lunes, durante una conversación telefónica, retomar la agenda de cooperación bilateral, venida a menos en el último sexenio.
Maduro informó, en su cuenta de Twitter, que sostuvo una “buena conversación” con Lula, a quien le agradeció “su disposición” para “retomar la agenda binacional de cooperación”.
“El presidente Luiz Inácio Lula da Silva envió su saludo y compromiso a todo el pueblo venezolano. Tenemos la voluntad de trabajar duro por el fortalecimiento de América Latina y el Caribe, y por el desarrollo económico y social de nuestros pueblos”, dijo el mandatario en otro mensaje en la red social.
Este domingo, tras el triunfo de Lula en las elecciones presidenciales de Brasil, el régimen venezolano manifestó, mediante un comunicado, su “mejor disposición y buena voluntad para, juntos, fortalecer los lazos de amistad”.
Bolsonaro reconoció en 2019 al opositor Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela, al igual que medio centenar de países, lo que supuso un empeoramiento en las relaciones binacionales que empezaron a deteriorarse con la llegada de Michel Temer al poder en 2016.
Lula ganó los comicios por un ajustado margen al recibir el 50,9% de los votos frente al 49,1% que obtuvo Jair Bolsonaro. (REUTERS/Carla Carniel)
El presidente electo de Brasil, se reunió en San Pablo con el primer mandatario argentino, Alberto Fernández, en lo que fue su primer acto tras haberse consagrado en el ballotage por un ajustado margen de menos de dos puntos.
Primero tuvieron un encuentro a solas en el hotel Intercontinental. “Presidente, que alegría verte”, le dijo Fernández a Lula, con el embajador argentino en Brasilia, Daniel Scioli, muy cerca suyo, y se estrecharon en un abrazo afectuoso. “¿Cómo fue?”, le preguntó luego, a lo que Lula le respondió “Me fue bien”. No se veían personalmente desde el 10 de diciembre del año pasado cuando el brasileño, junto al uruguayo Pepe Mujica, participaron de los festejos del Día de la Democracia en la Plaza de Mayo.
Esa primera reunión empezó a las 13.28, luego de que los equipos de ambos se mantuvieran en salas contiguas. Relanzar la relación bilateral, ampliar la integración regional en el marco del Mercosur y la posibilidad de crear una moneda única regional sudamericana que evite el uso del dólar en el comercio internacional, fueron algunos de los temas abordados.
Con el 100% de las urnas escrutadas, Lula ganó los comicios por un ajustado margen al recibir el 50,9% de los votos frente al 49,1% que obtuvo Jair Bolsonaro, que aspiraba a un nuevo mandato de cuatro años.
Lula da Silva: “A partir del 1 de enero de 2023 voy a gobernar para los 215 millones de brasileños, no solo para los que me votaron”
El izquierdista, electo presidente este domingo por tercera vez, celebró la victoria ante Jair Bolsonaro. “Me quisieron enterrar vivo, pero hoy estoy aquí”, afirmó
“Esta elección colocó frente a frente dos proyectos opuestos de país que hoy tiene un solo vencedor: el pueblo brasileño. No es una victoria del PT o mía, sino del inmenso movimiento democrático que dejó de lado los intereses partidarios e ideológicos por la democracia”, afirmó Lula da Silva en su prmer discurso como presidente electo de Brasil.
El izquierdista Luiz regresará al poder en Brasil por tercera vez tras vencer al ultraderechista Jair Bolsonaro en el ballotage por un estrechísimo margen, reflejo de una inmensa división en el gigante sudamericano. El ícono de la izquierda latinoamericana, de 77 años, se impuso por 50,83% de los votos frente a 49,17% para el excapitán del ejército, de 67 años, con el 98,8% escrutado.
“Me quisieron enterrar vivo, pero hoy estoy aquí para gobernar este país en una situación muy difícil, pero con la ayuda del pueblo vamos a encontrar una salida para que el país vuelva a vivir democráticamente”, afirmó el líder del Partido de los Trabajadores (PT) desde un hotel de la ciudad de Sao Paulo.
Y agregó: “A partir del 1 de enero de 2023 gobernaré para 215 millones de brasileños, y no sólo para los que me han votado. No hay dos países. Somos un Brasil, un pueblo, una gran nación.”
“A nadie le interesa vivir en un estado permanente de guerra. Este pueblo está cansado de ver al otro como enemigo. Es hora de bajar a las armas. Armas matan y nosotros escogemos la vida”, manifestó.
“Hoy le decimos al mundo que Brasil ha vuelto. Que Brasil es demasiado grande para ser relegado al triste papel de paria del mundo. Recuperaremos la credibilidad, la previsibilidad y la estabilidad del país, para que los inversores vuelvan a confiar en Brasil”, afirmó el mandatario electo. Y prometió la reindustrialización de Brasil: “Invertiremos en la economía verde y digital, apoyaremos la creatividad de nuestros empresarios y emprendedores. También queremos exportar conocimientos”.
Lula, además, afirmó que su Gobierno está dispuesto a retomar su papel de líder en la lucha contra la crisis climática, protegiendo todos los biomas, especialmente la selva amazónica. “Bajo nuestro gobierno, pudimos reducir la deforestación en el Amazonas en un 80%. Ahora vamos a luchar por la deforestación cero”.
El nuevo presidente recordó que el pasado miércoles, el Papa Francisco envió un mensaje a Brasil, rezando para que el pueblo brasileño se libere del odio, la intolerancia y la violencia. “Quiero decir que deseamos lo mismo, y trabajaremos incansablemente por un Brasil donde prevalezca el amor”, dijo.
Y prometió: “En lo que a nosotros respecta, no habrá falta de amor. Cuidaremos mucho de Brasil y del pueblo brasileño. Viviremos en una nueva era. De paz, de amor y de esperanza. Un tiempo en el que el pueblo brasileño volverá a tener derecho a soñar. Y las oportunidades de hacer realidad sus sueños”.
“Nuestro compromiso más urgente es acabar con el hambre otra vez”, afirmó en su primer pronunciamiento.
El ex presidente y candidato presidencial de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, habla en una reunión de la noche electoral el día de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales brasileñas, en Sao Paulo, Brasil 30 de octubre de 2022. REUTERS/Carla Carniel
“El desafío es inmenso, es necesario reconstruir este país en todas sus dimensiones. Necesitamos reconstruir el alma de este país, el respeto a las diferencias y el amor al prójimo”, afirmó en un pronunciamiento que buscó tender la mano a todos en un país extremadamente polarizado.
La velada electoral fue agónica pues ambos candidatos se mantuvieron codo a codo durante todo el escrutinio. La diferencia en votos es de 1,9 millones a favor de Lula, para un total de 156 millones de electores.
Lula, que gobernó Brasil de 2003 a 2010, cuenta con el apoyo de los más pobres y de quienes se resintieron de las políticas y exabruptos de Bolsonaro, como los jóvenes, las mujeres y las minorías. Prometió “arreglar el país” impactado todavía por la crisis de la pandemia y sus 688.000 muertos.
En su campaña destacó sus logros socioeconómicos, como la salida de la pobreza de más de 30 millones de brasileños gracias a iniciativas sociales financiadas con el ‘boom’ de las materias primas.
En este tercer período no contará con la misma bonanza: si bien la economía da señales de mejoría, con crecimiento, menos inflación y más empleo, está lejos de la prosperidad de los años 2000. Tampoco lo tendrá fácil en el Congreso, donde los conservadores son mayoría.
Lula volvió al ruedo político el año pasado, después de que sus condenas por corrupción fueran anuladas por motivos procesales. Había estado preso 19 meses salpicado especialmente por el escándalo “Lava Jato” sobre una red de sobornos en la estatal Petrobras.
La campaña acentuó la polarización en el país, dividido entre un movimiento conservador y aquellos con una visión progresista, acorde con la diversidad social de Brasil. “Para nosotros, el regreso de Lula es muy importante, trató de demarcar nuestras tierras, tenía proyectos”, dijo a la AFP el chamán Saha da Silva, del grupo indígena sateré-mawé, que votó en su comunidad de Iranduba, a 80 km de Manaos, capital de la Amazonía.
Bolsonaro, un ex capitán del ejército, buscó la reelección defendiendo los valores tradicionales y la reciente mejora de los datos económicos -ralentización de la inflación y caída del desempleo-, al tiempo que siguió insuflando un discurso nacionalista.
Un mensaje especialmente apreciado por el agronegocio y la población evangélica, que representa un tercio del electorado y sigue ampliándose en todo el país.
El nuevo presidente de Brasil asumirá las riendas del país el 1 de enero.
Infobae con información de EFE, Reuters y AFP)