La oposición “no debe caer en las mismas prácticas que el gobierno hace, inhabilitando candidatos de su propio lado”, señala el director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB
Texto: Vanessa Davies
Primarias van, primarias vienen. Tal parece que cada aspirante a medirse contra el oficialismo en 2024 tiene unas primarias en su cabeza. La propuesta de Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, es muy concreta: una consulta en la que la ciudadanía elija tres candidatos en vez de uno. “Lo sano es que se haga una primaria con elección múltiple: que cada persona vote por tres, porque lo queremos es la candidatura de mayor consenso”, ilustra.
“Sin necesidad de tener los estudios, que los vamos a tener pronto, es evidente que la gente quiere participar en la elección de quién va a ser su candidato presidencial”, explica en declaraciones a los medios, este jueves 5 de mayo, una vez concluido el foro sobre libertad de prensa organizado por la Embajada de Francia y el Centro.
Por eso, añade, “la primaria es una forma sana de tratar de unir al país tras un nombre, una cara, una persona” a fin de “unir al país para las elecciones de 2024”.
Considera que es difícil que una candidatura opositora surja de una negociación a puerta cerrada entre cúpulas: “Sería mucho más sano, mucho más transparente para todos, que se haga a través de una primaria”.
Describe el proceso, en su opinión, ideal: “Una primaria amplia”. La oposición “no debe caer en las mismas prácticas que el gobierno hace, inhabilitando candidatos de su propio lado. Lo que corresponde es que en esas primarias participen todos; incluso, aquellos con los que pudiéramos no estar de acuerdo, y que la gente termine decidiendo en quién se siente representada”.
Esta es “la manera más sana de hacerlo”, defiende. “Si no lo hacemos así el riesgo que corremos es que muchas personas que quieren lanzarse a una candidatura tengan la excusa de que no les permitieron participar en una primaria”.
Alarcón insiste en que debe ser una sola primaria “en la que participen todos, y el que quede elegido sea la persona que todos respaldemos”. Plantea que sea sin el CNE, porque si se hace con el CNE seguramente se abstendrán de participar los dirigentes que cuestionan el ente comicial. La sociedad civil -con personalidades, iglesias, universidades, estudiantes- puede ayudar a organizarla “y a hacerla imparcial, a darle credibilidad a esa primaria”.
¿Cuándo? “Este año vamos tarde”, indica, y sugiere en 2023; no en 2024, porque la ley de procesos electorales “ya no define en qué momento tiene que ser la elección presidencial, y la elección puede ser en cualquier momento de 2024. Queremos evitar que un candidato del sector democrático lo sorprenda una decisión como la de 2018, cuando se produjo la elección presidencial en mayo”.
Pero sea quien sea debe ser abanderado cerca del proceso electoral, porque “va a ser muy atacado”.
De no haber primarias “habrá negociación o habrá otros métodos para ver quién tiene mayor apoyo”.
Sobre los partidos políticos, evaluó que “necesitan un proceso de renovación interna;en todos los partidos hay liderazgos emergentes que empiezan a ocupar espacios, o que tienen los méritos para ocupar espacios, y los partidos, para mantener su legitimidad, tienen que permitir que sus bases renueven quiénes son los liderazgos de los partidos y quiénes deben ocupar el liderazgo de los partidos”.
Es difícil “hablar de democracia si la democracia no se implementa dentro de los partidos que hablan de democracia. Un primer paso es poner en práctica las cosas que profesamos, y si los partidos se definen como partidos democráticos, les toca ejercer la democracia internamente”.
En cuanto al PSUV, indicó que ojalá sea posible que el oficialismo tenga sus primarias.
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