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Bratvá criolla y sus alcahuetes. Por Claudio Zamora

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La libertad no tiene términos medios, como el amor, la vida, la salud, hemos acostumbrado a buscarle el término medio a todas las cosas, situaciones o relaciones como una manera de sentirnos ecuánimes, imparciales o simpáticos y aceptados en cualquier grupo, no soy de los malos, pero tampoco de los buenos y así se nos pasa la vida en una búsqueda perpetua de definiciones. No se puede ser medio libre, me puedo mover para donde quiera, pero dentro del país, tengo la casa por cárcel, estoy medio enamorado o me dio un pre infarto, está casi muerto, frases comunes que ya forman parte de nuestra cotidianidad y filosofías del término medio que hemos transformado en un tendencia que se quiere hacer mayoritaria, en material electoral en Venezuela existen los ni-ni o independientes que pese a no estar definidos, exigen participación y espacios para un grupo tan etéreo e impreciso como los lindos y los feos. El pasado lunes se celebró con bombos y platillos una reunión tripartita entre las representaciones patronales, los representantes sindicales y la alcahuetería de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para realizar seguimiento a los convenios de libertad sindical, adecuación de salario mínimo, convenios de aumentos de sueldos y otras urgentes necesidades de la masa trabajadora, pero quienes se sentaron en esa mesa no representan a nadie, son los mismos esquiroles puestos por el gobierno para crear la sensación que existen en Venezuela Sindicatos libres y autónomos, por la representación patronal el mismo argumento, hasta el cierre del año pasado más de 6.000 empresas entre fábricas, franquicias, comercios, distribuidoras etc habían cerrado y se habían marchado de Venezuela, así que la representación patronal también era ese dos por ciento de enchufados que reciben prebendas del gobierno y deben hacer lo que les ordena. A los cinco años de llegado Chávez al poder (2004) se dictó por el Consejo Nacional Electoral Las Normas para elegir las autoridades sindicales y tuteladas las mismas bajo la macula del gobierno, hiriendo de muerte la libertad sindical e interviniendo de manera grosera un proceso que en todo el mundo es patrimonio y soberanía de la masa trabajadora. Bajo sus normas se debe pedir autorización al gobierno para celebrar los procesos que son fiscalizados, supervisados y dirigidos por ellos, manejan los listados de lectores, fijan el cronograma, cuentan los votos, adjudican, juramentan y prohíben como suprema autoridad, es decir, tenemos libertad sindical pero tutelada, podemos movernos pero con un grillete en nuestro tobillo, desde hace 17 años no hay elecciones libres de sindicatos en Venezuela, como no la hay a la presidencia y demás órganos de elección popular, la susodicha reunión que no logro ningún Acuerdo, no pasó de ser una Bratvá o reunión de la mafia rusa, que no llega ni a Cosa Nostra porque les falta la clase y elegancia de los mafiosos sicilianos.
Seguiremos conversando.

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