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Hoy 10 de abril, celebramos el Domingo de Ramos

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Este día marca el comienzo de la Semana Santa, festividad que varía en cuanto a fechas, pues depende del Equinoccio de Primavera y la primera noche de Luna Nueva. Por eso todos los años varían las fechas, aunque siempre se celebran en torno a los meses de marzo-abril.

¿Qué es el Domingo de Ramos?

El Domingo de Ramos es el acontecimiento que marca el inicio de la Semana SantaEs el día en que los cristianos conmemoramos la entrada de Jesús en Jerusalén y su aclamación como Hijo de Dios.

El Domingo de Ramos debe de ser visto por nosotros, los cristianos, como el momento para proclamar a Jesús como el pilar fundamental de nuestras vidas, tal como lo hizo el pueblo de Jerusalén cuando lo recibió con palmas y ramos de olivo y lo aclamó como Hijo de Dios.

Marcos en su Evangelio, nos describe como fue esa entrada:

“Llegó Jesús en un borriquillo mientras muchos extendían sus mantos en el camino y otros lo tapizaban con ramos cortados en el campo.”

Como hemos comentado, el Domingo de Ramos fue el día que Jesús entró en Jerusalén y fue aclamado por todos mientras cruzaba las calles montado en un asno. Los seguidores de Jesucristo le recibieron contentos por el camino de oliva mientras gritaban entusiasmados:

«¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!».

¿Que simbolizan los Ramos?

Este día tan especial, adopta el nombre de Domingo de Ramos precisamente porque Jesús fue obsequiado con numerosos ramos por sus seguidores, personas humildes del pueblo, que fueron a recibirle.

Los ramos de olivo y de palma son el signo por excelencia de la renovación de la Fe en DiosSe les atribuye ser un símbolo de la Vida y Resurrección de Jesucristo. Asimismo, recuerdan también la Fe de la Iglesia en Cristo y su proclamación como Rey del Cielo y de la Tierra.

¿Cómo se celebra el Domingo de Ramos?

En la Eucaristía que se celebra el Domingo de Ramos se reviven dos momentos muy importantes: la Procesión por el camino de la oliva y la Palabra de Dios, la Pasión del Señor que se recoge en el Evangelio de San Mateo.

Durante esta época, es costumbre que las personas tengan en sus casas los Ramos Benditos. Muchos hacen Cruces con las palmas y las ponen o detrás de la puerta, o sobre el Crucifijo, en las imágenes Sagradas o los cuadros de motivo religioso.

La Liturgia para este día está representada por el color rojo en evocación de la pasión vivida por el Señor antes de su inmenso sacrificio por la humanidad.

Todavía hoy se continua con la tradición de adquirir una palma o rama de olivo. La palma, tiene que ser Bendecida por el sacerdote el Domingo de Ramos durante la Misa. Según la tradición, la palma debe colocarse en un lugar privilegiado durante toda la Semana Santa y cuidarse, para proteger el hogar.

El Domingo de Ramos es uno de los días más celebrados de la Semana Santa. En este día la celebración de la Misa comienza con la Bendición de las palmas y ramos de olivo que llevan los asistentes. Durante la ceremonia de la Misa se da lectura al relato completo y dramatizado de la Pasión.

Una vez pasada la festividad, la palma se lleva a la Iglesia para que sea quemada y reutilizada en forma de ceniza para el siguiente Miércoles de Ceniza. Estas son rociadas con agua bendita y luego aromatizadas con incienso.

¿Qué es el Miércoles de Ceniza?

El nombre se debe a que este día se celebra una Misa en la que se marca en la frente de los creyentes una Cruz con cenizas. Se aplica en la frente, acompañado de las palabras:

“Polvo eres y al polvo volverás” (Génesis 3, 19)

La tradición de imponer la ceniza se remonta a la Iglesia primitiva. Por aquel entonces las personas se colocaban la ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad con un “hábito penitencial” para recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo. La ceniza, como signo de humildad, nos recuerda a los cristianos nuestro origen y nuestro fin.

El periodo que empieza con el Miércoles de Ceniza son días de conversión y penitencia, caracterizados por la oración, la meditación, el ayuno y la moderación.

recuerda a los cristianos nuestro origen y nuestro fin.

El periodo que empieza con el Miércoles de Ceniza son días de conversión y penitencia, caracterizados por la oración, la meditación, el ayuno y la moderación.

La Iglesia invita a los fieles a confesar sus pecados graves, hacer buenas obras, ser solidarios con los que sufren y a renunciar a lo superfluo y suntuoso. El ayuno es la práctica más habitual, que representa la renuncia a las necesidades de la vida terrenal.

Entremos pues, con la Fe y la alegría del Domingo de Ramos, alabando a Jesús desde nuestros corazones, con la confianza y amor que es nuestro Señor, y preparándonos con la lectura de la Pasión, escuchando la Palabra de Dios para acompañar a Cristo en la Pasión.

Al pie de la cruz nos recibe María como hijos, que, aunque algunas veces perdamos el rumbo, será nuestro faro de luz que nos conducirá amorosamente hasta su Hijo Jesús.