La cantante, que está celebrando 60 años artísticos, interpretará la música de su compositor y mentor, en un espectáculo popular que ofrecerá el 11 de marzo en la Calle 8 de la Pequeña Habana
Aquilino José Mata | El Estimulo
Al arribar a 60 años de carrera artística, María Teresa Chacín está muy contenta de comenzar a celebrarlos en un espectáculo homenaje a Chelique Sarabia, su descubridor y mentor, a realizarse el 11 de marzo en Miami.
Será en el marco de los “Viernes de la Pequeña Habana”, evento auspiciado por la municipalidad de esa ciudad, que regresa luego de más de un año de estar suspendido por la pandemia. Suele ser una celebración popular y concurrida, por lo que ha generado no pocas expectativas al volver a efectuarse en su escenario habitual de la Calle 8.
Para el tributo a Chelique Sarabia, cuya coordinación está a cargo de Joe Carofallo, comisionado del Distrito Número 3, en cuya jurisdicción tiene lugar el concierto, María Teresa ha preparado un repertorio con las canciones más representativas del autor de “Ansiedad”, recientemente fallecido.
Simón López, hijo de la artista, quien reside en Miami desde hace varios años, donde ha tenido muy buena acogida en el mundo del jazz con su propia orquesta, la Neo Big Band, tendrá una participación especial en el concierto, que contará con el respaldo musical de tres ejecutantes venezolanos: Gustavo Caruci (cuatro y guitarra), Eric Chacón (flauta y saxofón) y Miguel Hernández (percusión).
Del repertorio se conoce que, además de “Ansiedad” (que cantará a dúo con su hijo), no dejarán de estar incluidas “El piragüero” y “Tengo miedo”, dos de los primeros éxitos compuestos por Chelique para la cantante en sus inicios, así como “En este país”, que reservará para el final del show, pues es considerada como un himno por la nutrida comunidad venezolana residente en Miami. El espectáculo será gratuito y comenzará a las seis de la tarde.
Hace seis décadas…
María Teresa se inició como profesional del canto el 19 de febrero de 1965. “Ese día actué en el show meridiano de Víctor Saume por Radio Caracas Televisión. Era la primera vez que salía en la pequeña pantalla”.
-Yo tenía 17 años y estudiaba el quinto año de bachillerato en el Liceo Aplicación de El Paraíso. Teníamos clases mañana y tarde. Al mediodía me fui a Radio Caracas e hice mi presentación. Cuando regresé a clases, me recibió todo el liceo y en medio de aplausos me entregaron un ramo de flores. Luego entré al salón, a la clase que tenía de psicología con el profesor Alberto Castillo Arráez, responsable de que yo estudiara esa apasionante carrera, de la que egresé tiempo después en la Universidad Católica Andrés Bello.
-Estuve una semana en el show del Tío Saume (así le decían al animador), en el Espacio Nivada, que era el segmento estelar del show. Yo entré por la puerta grande, como siempre digo, porque ya Chelique era famoso y presentaba a su nueva cantante, “a su nueva pupila”, como él me decía.
A Chelique lo conoció porque ya había lanzado al estrellato, cuatro años antes, a Rosa Virginia, su hermana mayor, la intérprete por excelencia de los primeros temas del compositor, entre ellos “Cuando no sé de ti”, “Necesito pensar” y “Mi propio yo”.
-Cuando Rosa Virginia se casó y se fue a vivir a Los Ángeles, Chelique me pidió que grabara un disco con él, pues se había quedado sin cantante. Yo inicialmente era reticente a esta idea. Le dije que no quería ser famosa más allá del conjunto típico del Liceo Aplicación, al que pertenecía y dirigía Hugo Blanco. Finalmente hicimos el elepé y la canción que se promovió fue “Tengo miedo”.
Relata que frente al liceo Aplicación quedaba Radio Caracas Radio y cada vez que veía a Clemente Vargas jr., el disc-jockey de moda en aquel momento y animador del programa de promoción disquera “Desfile de Éxitos”, le preguntaba cómo iba su canción, hasta que llegó al número uno.
-Al poco tiempo de mi debut televisivo, murió Víctor Saume y Renny Ottolina comenzó a ocupar ese espacio con su show. Yo seguí con Renny y estuve nueve años con él.
Rockera por esencia
-¿Cómo llegaste al rock?
-Ya desde el principio, Chelique me decía que experimentaría con el “chelisón”, una creación suya que era como una fusión de ritmos. Era música venezolana con toques rockeros. “Tengo miedo” se inscribía en ese estilo, pues era diferente, con otra instrumentación. Y en mi segundo disco, la canción “Quisiera preguntar”, que también se escuchó bastante, tenía una influencia de rock más evidente. Luego Rosa Virginia regresa de Los Ángeles y sigue su carrera musical. Como ella cantaba música venezolana, para diferenciarnos a mí me situaron como cantante de rock, pues yo soy rockera desde que me conozco.
-Disfruté mucho esa etapa, porque desde siempre tuve esa influencia, por mi edad me encantaba el rock y toda la música emergente de esos años, como la bossa nova y la balada anglosajona, especialmente la que se hacía en Inglaterra, tan romántica y tan bonita, el slow rock…
Artísticamente se fue fogueando a través de las constantes giras que realizaba con el conjunto de Chelique Sarabia por todo el país.
-Viajábamos los fines de semana por toda Venezuela, con Guillermito González como animador y Toco Gómez como humorista. También estaba, por supuesto, Rosa Virginia, el grupo Los Impala, con Henry Stephen, Cherry Navarro y luego un muchacho muy serio y tranquilito llamado José Luis Rodríguez, que después se haría más extrovertido, contagiado por la chispa de Cherry, que era su gran amigo.
Evocando a Chelique
Al llegar a sus 60 años artísticos, María Teresa prepara su versión del conocido tema de Chelique “Perdido en la nostalgia” (que inicialmente grabó Armando Manzanero), bajo la producción de José Luis Pardo, ex integrante de los Amigos Invisibles, con la idea de lanzarlo a través de Spotify y otras plataformas de descargas musicales vía streaming.
-Desde hace tiempo yo quería grabar esta canción. Chelique y yo teníamos tiempo buscando sustituir la frase: “Y soy un hombre que llora como un niño” para que la pudiera interpretar yo. Y así pasó el tiempo, hasta que hace pocos días, antes de morir Chelique, encontré la frase adecuada: “Y soy aquella que llora como un niño”. Se lo comenté a Cheo Pardo, quien hizo un trabajo muy interesante de “Ciudad solitaria”, una pieza que interpreté en mis inicios, en los años 60. Le gustó tanto la idea, que ahora la estamos desarrollando. Ya grabé la voz en Caracas y él se encargará en Nueva York de producirla totalmente.
-La han grabado pocos. Lo hizo Manzanero en el disco que grabó en Caracas con Chelique; la mía está basada en esa versión de Manzanero e inspirado en ello Cheo hizo el arreglo. Otros que la grabaron anteriormente fueron el brasileño Altemar Dutra, Barquisimeto 4 y Rafael “El Pollo” Brito.
-¿A estas alturas cómo describirías tu experiencia artística con Chelique Sarabia?
-Fue muy enriquecedora, como lo ha sido con todos mis pilares. Y hablo de Juan Vicente Torrealba, Simón Díaz, Aldemaro Romero y Graterolacho. Chelique era el último pilar que me quedaba. Cuántas canciones hermosísimas compuso. “En este país” mucha gente la considera un himno, es de sus canciones más importantes, además de vital en mi repertorio. Conmigo se llenó de energía para hacerme muchas canciones. Fui a un festival en Colombia donde competí con “Recuerdos tristes de un pasado alegre” y gané la Voz de Oro con una canción suya, “El llanero y don fulano”, además de participar en el Festival de la OTI, celebrado en Washington, con “Esperanza americana”.
-¿Qué pierde el país con su muerte?
-A un gran compositor, a un personaje increíble. Venezuela tiene que sentirse tan orgullosa de él. Tenemos que darle gracias a Dios por haber tenido a un hombre irrepetible como Chelique Sarabia, quien nos ha dejado un legado inmortal, porque sus canciones ya son del mundo y nos toca ahora seguirlas divulgando. Son patrimonio nacional.
-Cada canción de Chelique te dice tanto de la manera de ser, de sentir, de pensar del venezolano. En las luchas que hemos librado por la libertad todos estos años, allí estuvo él dándonos sus mensajes, que nos describen esta convulsionada vida que hemos tenido que vivir. Me queda la satisfacción de haberlo acompañarlo en varias de esas canciones que él hizo para que el mundo supiera lo que nos está pasando…