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En el estado Bolívar, humillación y míseros salarios restan autoestima de Educadores

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El 15 de enero se celebra en Venezuela el día del Educador en esta oportunidad no es la intensión este año de restar importancia a esta fecha histórica como tampoco el autoestima del magisterio nacional para evaluarlos y sincerarse con ellos.

Lcdo Manuel Monroy

El Educador en toda Venezuela, tiene por costumbre celebrar “El Día del Maestro”, fecha que se ha considerado la representación de la autoestima del Magisterio nacional, pero que además es oportuna para preguntarse, evaluarse y coevaluarse, así como para sincerizar la razón de ser docente y a su vez preguntarse; ¿Qué Celebramos?, ya que por ancestral costumbre, todo se circunscribe a un acto político, a una fiesta Pomposa gremial, con un brindis y un día de asueto, para el otro día 16 de enero, vivir la realidad tangible, en la cual emerge nuevamente la realidad tangible, vuelve la rutina cansona, robótica, memorística, que enferma al que la asume como una devoción en tiempos de materialismo histórico y pedagógico.
En la Venezuela de hoy, los docentes laboran en aulas oscuras, sucias, deterioradas y con equipos destartalados remendados y mal reparados, los planteles ubicados en los barrios más marginados, carecen de agua, de energía eléctrica, de sillas, pupitres, escritorios, pizarras las cuales parecieran ser mudas y testigos de un cataclismo, los educadores son testigos de este drama educativo en todo el país, ya que están presentes en un estado paternalista, que nunca ha entendido la valía incuantificable del educador, de una sociedad que exige calidad, sin aportar nada en cambio, solo trae quejas, reclamos y exigencias, pero por otro lado está un docente, que jamás podrá con excelsa alegría, llevar a la práctica los sagrados principios teóricos de su formación profesional.
El Docente vive una realidad Circundante
El docente, al frustrarse ante una realidad circundante, que lo envilece, aletarga y definitivamente lo llena de muchas interrogantes y cavilaciones, al comprobar lo irreal del enciclopedismo, con la praxis pedagógica, sufre una tamaña decepción y sin embargo, lucha en solitario por un mundo mejor, nadando en aguas turbulentas a brazo partido, es la apreciación del profesor Alfredo Giannasttasio, quien señala que lo demás es parte de ese circo humano hipócrita y farsante, el cual jamás podrá callar las verdades y posiciones frontales, por esta razón se pregunta y pregunta o una reflexión ¿Qué Celebramos Realmente? O somos simplemente parte de un circo, que se ufana de lo que carece sin la más mínima responsabilidad histórica.
¿Habrá algún motivo para que los educadores este 15 de enero, celebren por todo lo alto ese día tan memorable para la educación en Venezuela?
Por supuesto que sí, más allá de lo tangible, el verdadero educador tiene mucho que celebrar, sabemos que el magisterio venezolano está sumergido en una crisis profunda más allá de sus interioridades que son complejas, pero siempre debe prevalecer el ser humano que es educador, la vorágine que azota las bases estructurales de la sociedad, las cuales han socavado los valores y actitudes más elementales de ese maestro soñado y anhelado, ese que los textos y libros dibujan con maravilloso perfil, nada más alejado de la realidad, en las últimas décadas de manera mayoritaria, se ha consolidado un maestro pasivo, masoquista diría más bien, sin expresividad, ni reacción ante las injusticias sociales, los abusos, los atropellos a la dignidad, el decoro, la lucha por sus propios derechos más de una vez pisoteados, ocupados más bien en sacar cuentas de sus emolumentos, sus ingresos, sin dejar nada en cambio.
Añadió que esa ha sido la tónica, el apaciguamiento de una estirpe alguna vez guerrera, valiente, decidida, audaz, combativa la cual lamentablemente muere hasta casi al extinguirse su cruda realidad, ¿Que harán los educadores para buscar mejoras salariales?, habrá alguna presión al Ejecutivo Nacional y específicamente en la vida, tener cohesión entre lo que dice y lo que se practica, reaccionar de inmediato ante las injusticias, los atropellos, los abusos de autoridad, la violación de sus derechos humanos, laborales y legales, ser un líder positivo, actuar basado en principios morales, éticos y pedagógicos, sostener como acción de trabajo la solidaridad, la cooperación, rodearse de los mejores para el beneficio del colectivo, expresar a viva voz y en su justo momento, sus inquietudes y reflexiones sobre cualquier evento, situación o acontecimiento, tener moral genuina para poder reclamar lo que considere violatorio a su propia integridad en lo personal, le agrego el elemento más importante: NO TENER MIEDO Vienen tiempos difíciles, ojalá emerja el verdadero sentir del docente venezolano mañana puede ser tarde.
¿Consideras prudente el comienzo de las clases presenciales cuando arrecia cada día el COVID-19?
El gobierno según sus análisis de salud, determinó que estaban dadas las condiciones para reiniciar las clases presenciales en Venezuela, es un riesgo muy complejo, a sabiendas que las escuelas y los recintos universitarios no disponen de las condiciones mínimas para afrontar esta pandemia, roguemos al Todopoderoso que todo se desarrolle en paz y tranquilidad, las instituciones educativas de cualquier nivel están desasistidas.
¿Están en condiciones los planteles educativos en general y las universidades para que los alumnos puedan recibir una buena enseñanza-aprendizaje?
Pareciera ser que siempre se ha visto la educación como una necesidad sin metas, mucho antes que este virus se irrigara por el mundo, nuestras escuelas han sido canteras de pesares y dolores, la solidificación del oscurantismo, una fantasía pedagógica, Ausencia de los más elementales recursos, logística, infraestructura adecuada, dotación, conforman un estado caótico de necesidades prioritarias, en esas condiciones, los héroes anónimos, las luces que alumbran todas las escuelas deben trabajar, aparte de soportar la imposición de jefes y gerentes con aureolas de nazis, perseguidores y defensores de las utopías mediáticas, los docentes, esos ángeles de Dios, se les exige hasta el límite, pero nunca les reconocen sus méritos, las escuelas en Venezuela en medio de este espejismo están solas, desamparadas, más de la mitad de su personal de reposo permanente, buscando una incapacidad, otros en comisión de servicios y el que menos aspira, tiene una licencia sindical o permiso remunerado, este drama se extiende al sector privado, es una crisis total.
¿Quién aspira estudiar educación y trabajar en esa área?.
Señalo el declarante, que son pocos los educadores, que todavía deambulan en las vetustas aulas, fueron graduados en las misiones o en las aldeas universitarias, donde el control de calidad brilla por su ausencia, de todo este maremágnum de eventos, esa algarabía hace falta, claro que sí, volver a esa escuela modelo, donde los padres llevaban a sus hijos al aula, conversaban con el docente, un docente impecable dentro de su sencillez, humanista, receptivo, feliz de su labor pedagógica, consustanciado con la misión que desempeñaba. Todo cambió para el beneplácito de sus mentores, con sueldos miserables, sin defensa laboral, sujetos a los vaivenes de la desgraciada política gobiérnela que en honor a la verdad, no tiene cómo afrontar la deudas y los pagos justos a los luceros de las escuelas, es una explosión en cadena que afecta a todos sin excepción. No es justo, es algo inhumano. Es mi pensamiento crítico ante un drama que mata lentamente las ganas de estudiar y enseñar… Pero Dios es grande.
Foto leyenda
Foto 01- Profesor Alfredo Giannasttasio felicita a los educadores en su día y a su vez manifiesta no tener nada que celebrar por la humillación y el deterioro de los Docentes Venezolanos